Un día después, después de vos cruce los dedos. La barca pasó y el río quedó, al fin, quieto Solo un cuento fue que ayudó a pasar un buen rato. Un castillo de naipes que cayó y palabras baratas. En el aire entre los dos, brilló una copa rota, mala suerte, mi palma dio un destino oscuro. Un dulce licor de romero fue la mala idea loca. A la suave luz de la luna vi tu espalda, hay un lugar allí para mis huellas y un lunar nocturno. Apostamos mal serás mas feliz vagabundeando, muy poco amable fui, nada nuevo vi en tus ojos.
miércoles, 25 de junio de 2008
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